domingo, 5 de febrero de 2012

Tanzania V: Serengueti Sur

Tras la intensa visita al cráter del Ngorongoro, lo natural es seguir a otro espacio mítico de nombre evocador: Serengueti suena a llanura sin fin, migraciones de ñúes, cebras, gacelas... y eso vivimos... entre otros impactantes momentos.
Es a finales de junio cuando los animales alcanzan el río Grumeti, al noroeste del parque. Allí agotarán los pastos hasta julio y entonces cruzarán el río Mara, el paso más famoso y fotografiado en su migración anual. Y dado que en junio de 2007 los ñues estaban en Grumeti, allí nos dirigimos, para probar fortuna con uno de los pasos de la migración más nombrada de la tierra.
Pero antes, unos simpáticos oportunistas pululaban por entre los turistas en el área de picnic de la entrada sur. Entre ellos, un reptil de moda, sin complejos, estrafalario quizá, pero con personalidad: el Agama (Agama mwanzae), llamado por algunos el lagarto spiderman, por razones obvias.

Agama (Agama mwanzae). South gate. Serengueti. Tanzania.
Y con ellos, descarados Estorninos Soberbios (Lamprotornis superbus) de brillos metálicos junto a Bufaleros Piquirrojos (Bubalornis niger) de aspecto tosco. Y de entre estos, las más atrevidas, ellas.
Estornino Soberbio (Lamprotornis superbus). South gate. Serengueti. Tanzania.

Uno de los primeros espéctaculos que nos ofreció el mítico Serengeti fue esta exhibición de combate entre estas hormonadas Gacelas Thompson (Eudorcas thomsonii), antes consideradas subespecies de Gazella rufifrons.
Midiendo.
Arremetiendo.
Luchando.
Cediendo.
Sabemos que estos combates son intensos y enconados, sobre todo si ambos ejemplares se creen en igualdad de condiciones. En nuestro caso, no vimos el final de este encuentro. Teníamos por delante más de 60 km. (se dice pronto) para alcanzar nuestro campamento, al que no llegaríamos hasta casi al anochecer.
En la única sombra a kilómetros a la redonda, nos topamos con los animales de más éxito de la sabana: las moscas.
Macho inmaduro de León Africano (Panthera leo). Serengueti. Tanzania
Y muy cerca de estos, vimos una de sus potenciales presas: uno de los antílopes más bonitos de la sabana herbácea: El Topi (Damaliscus lunatus).
Topi (Damaliscos lunatus). Serengueti. Tanzania.

Tras las grandes llanuras de la parte sur del Serengueti, alcanzamos el área próxima al río Grumeti, una zona más boscosa en la que nos detuvimos observando a una familia de Leones (Panthera leo). No muy lejos, un buen grupo de más de quince ó quizá veinte Marabúes Africanos (Leptoptilos crumeniferus) junto a cinco Alimoches Sombríos (Necrosyrtes monachus) esperando apretadamente en un árbol seco, hacían presagiar que esta familia había estado practicando el arte venatorio recientemente.
Marabú Africano (Leptoptilos crumeniferus). Serengueti. Tanzania.
Alimoche Sombrío (Necrosyrtes monachus). Serengueti. Tanzania.
Efectivamente, la proximidad de tanto necrófago indicaba lo que al poco observamos: una carroñada en la que unas Hienas Manchadas (Crocuta crocuta) se daban el festín mientras que un grupo de Buitres Dorsiblancos Africanos (Gyps africanus) esperaban su turno. No muy lejos, una pareja de Chacales de Lomo Negro (Canis mesomelas) no perdían ojo a cualquier despojo desatendido.

Una atrevida joven Hiena Manchada (Crocuta crocuta) defiende su carcasa frente a un grupo de ansiosos Buitres Dorsiblancos Africanos (Gyps africanus). Serengueti. Tanzania.
En las proximidades de nuestro campamento, las grandes manadas de Ñúes Azules (Connochaetes taurinus) se concentraban próximas al río Grumeti, delatado por la fila de árboles de su bosque de ribera al fondo de la imagen. Fue así la primera vez que percibimos de forma real estar asistiendo al gran espectáculo de la migración anual de Ñúes y Cebras entre el Serengueti tanzano y el keniata Masai Mara.
Ñú Azul (Connochaetes taurinus). Serengueti. Tanzania.
Era tarde y nada hacía presagiar que todavía se nos reservaba un bonito encuentro para completar este día redondo. Tres años antes, en Botswana, el único gran carnívoro que no vimos fue el chita -onomatopeya del inglés cheetah para el Guepardo (Acynonix jubatus)-. Por lo tanto, este esbelto y maravilloso animal era uno de los grandes objetivos de Tanzania. Dos encuentros tuvimos con ellos: el primero en el Ngorongoro, en un paisaje abierto de grandes planicies. El segundo, aquí en el Serengueti, no fue una observación en campo abierto, cómo era de esperar. Un grupo de hasta "cinco" ejemplares en una zona boscosa, o mejor dicho, en el límite del bosque con la sabana herbácea. Se ha documentado la caza cooperativa de machos en el Nairobi National Park, así que supongo que esta es la mejor explicación sobre este inusual grupo (se me hace difícil pensar en una todavía mas inusual familia de madre y cuatro crías). La estrecha relación que existe entre las Gacelas Thomson y este felino explicaría el porqué de verlos aquí. Al moverse hacia el norte en su migración anual, muchos de ellos las siguen... Sobre ecología de los grandes carnívoros africanos, me hice en el aeropuerto de Nairobi con un ejemplar de "Larger Carnivores of the African Savannas", de J du P Bothma y Clive Walker. Ed. JL van Schaik, un libro muy recomendable para entender a los "más buscados" de los Safaris.
Guepardo (Acynonyx jubatus). Ngorongoro. Tanzania.
Guepardo (Acynonyx jubatus). Serengueti. Tanzania.
Guepardo (Acynonyx jubatus). Serengueti. Tanzania.
El guepardo fue en tiempos un grupo más diverso. Hasta donde llego, al menos dos especies más acompañaban en el Pleistoceno a esta tercera: uno de ellos, el enorme Acinonyx pardinensis, alcanzaba los 95 kg, mucho mayor que el actual, que no suele superar los 65 kg. También hubo guepardos de un género próximo, el Miracinonyx, en Norteamérica, la cuna de los guepardos. La existencia de este género fue anticipada (antes del descubrimiento de sus fósiles) por algunos teóricos evolucionistas, pues era de suponer que los rapidísimos Berrendos (Antilocapra americana) que poblaban en gran número las grandes praderas norteamericanas debían haber evolucionado "empujados" por una especie igualmente veloz que tuviera al Berrendo como presa habitual.
Con este maravilloso encuentro completamos nuestro primer día en este paraiso natural.

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